Francisco Cabral Bravo
Con solidaridad y respeto a Héctor Yunes Landa, Pepe Yunes Zorrilla y Américo Zúñiga Martínez
La antítesis de la política es la renuncia al diálogo, la opción de la confrontación como primera instancia y el desprecio de la realidad que enfrentan los ciudadanos.
Cuesta volver a empezar cuando te despiertas en pleno año nuevo y te topas con malas noticias, así dan ganas de volverse a escapar a algún lugar recóndito al que no lleguen los periódicos ni el internet; muchas ganas. Pero toca seguir y tratar de sacar fuerzas de donde sea para mirar adelante con algo que se parezca a poner un par de ojos nuevos para empezar el año con algo que la mirada cansada de ayer y antes de ayer.
Encuentro razones para reencender mis ganas de tirar para adelante en un lugar resiliente al cual más.
Los malosos deben de estar festejando que mientras asesinan, secuestran, extorsionan y se apropian de territorios y espacios de poder político y económico, los políticos encargados de cumplir y hacer ampliar la ley queden atrapados en amenazar a otro político en lugar de hacerlo con los criminales.
Desde el “te voy a romper la mauser” hasta acusaciones que abonan justamente a la no resolución de los conflictos.
Los vacios legales y resistencias políticas han abonado a que amplios sectores de la ciudadanía vivan en el desamparo de la ley, de la justicia y autoridades que, lejos de ser una amenaza, signifiquen para los mexicanos certeza, confianza y protección.
Y las perdidas, el dolor, la impotencia y sufrimientos se multiplican mientras se renuncia a honrar la política como el arte de gobernar y a terminar siendo cómplices voluntarios o involuntarios. Un estado de crimen por encima del estado de Derecho, con sus propias reglas.
Frente a cada incapacidad para construir soluciones para los ciudadanos, se debilitan aún más las instituciones; se buscan caminos para que los agraviados quieran hacer justicia por su propia mano porque viven en el desamparo de una autoridad que los proteja.
A nadie conviene tanto el conflicto político, los vacios legales y la falta de conocimiento y compromiso de quienes en las urnas han sido electos para gobernar.
Por cierto vale la pena recordar que en un país con estado de Derecho resulta innecesario amedrentar o alardear.
El verdadero valor no está en ir y alentar pleitos callejeros con cargo al erario público, sino cumplir y hacer cumplir la ley, para esto último si se necesita valor, voluntad, construcción de acuerdos, asumir compromisos y responsabilidades y respetarlos.
Y de este valor tenemos déficit y, a la vez, miles y miles de mexicanos aguardando una respuesta.
Estas ganas de levantarse de la tumba y tomar el futuro por los cuernos me resulta enormemente inspiradora.
Eso deseo para México: ganas y capacidad de organizarnos para abrir futuro en serio, abrevando de lo mucho de potente y posibilitador de nuestro pasado sin quedarnos amarrados a sus taras y sus lastres.
¿Qué nos trajeron los reyes magos?
Un desplome de los mercados financieros, China sigue a la baja. Pese a la incertidumbre, el 2016 inicia con mejores augurios a nivel mundial en el aspecto económico.
La recuperación de la economía norteamericana fortalecerá la nuestra, ya que la mayoría de nuestras exportaciones se destinan a ese mercado. El tipo de cambio tenderá a estabilizarse, aunque el dólar se ha revaluado, las repercusiones inflacionarias aún no afectan la economía nacional.
El crecimiento del mercado interno ha sido sostenido y ha bajado el desempleo. Se han incrementado las remesas de trabajadores migrantes a sus familias, lo que también repercute en la economía.
La caída de los precios del petróleo continúa y no se percibe una recuperación por los inventarios mundiales.
México no hubiese podido sobrevivir a una crisis de esta magnitud en años pasados, cuando la dependencia de la renta petrolera en el gasto público era de 60 o 40 por ciento. Hoy sigue siendo importante, y afecta la baja del precio, pero las finanzas públicas se financian de otra forma.
Desde luego ha crecido la deuda en su monto, y en su servicio por el alza del dólar, pero buena parte del fondeo proviene de los impuestos federales ISR, IVA y el IEPS, todos participables, lo que permite que las entidades federativas mantengan a su vez, el ingreso estatal vía participaciones federales.
A nivel local faltan mayores esfuerzos para generar ingresos propios.
Especialmente a nivel municipal, donde la actualización y cobro del predial es ineficiente, básicamente por motivos electorales, pese a los incentivos que ofrece la SHCP. La carga de cobro de impuestos recae en el SAT, que ha afinado sus instrumentos para evitar elusión y evasión fiscal. Lo importante a valorar es que pese a entornos mundiales críticos, la caída de los precios del crudo, la caída de China y otros países, la economía mexicana ha crecido, a tasas modestas, pero sostenidas en factores sólidos.