Francisco Cabral Bravo
Con solidaridad y respeto a Héctor Yunes Landa, Pepe Yunes Zorrilla y Flavino Ríos Alvarado
¿En qué estabas pensando?
Es una de las preguntas más simples y sin embargo, es tan abierta que las respuestas son incontrolables. Los pensamientos podrían clasificarse en grandes, como cuando alguien imagina caminos para resolver un problema grave.
Otros son preocupantes: pensar en el futuro del país, de tu estado, de tu ciudad.
Comenzamos el segundo tiempo.
El balón se colocó de nuevo en media cancha y comenzó el juego.
La diferencia es que ahora no son 45 minutos, como en la primera parte. En este juego, el partido termina más o menos al minuto 25, cuando se entra al proceso formal de designar a los candidatos para el 2018.
El Ejecutivo Federal, tiene a partir de este diciembre, algo así como un año y medio para tratar de concluir los pendientes de su administración.
El lapso restante estará dominado por el proceso preelectoral primero y luego por las campañas.
Hay muchos pendientes de detalle en la gestión de gobierno del presidente de la República y es muy adecuado que él y su equipo le dedique todo el tiempo a avanzar en ellos.
Sin embargo, creo que la tarea más importante que tiene el presidente en este “segundo tiempo” es conducir correctamente la designación del candidato del PRI.
La genialidad en el uso del lenguaje de Andrés Manuel López Obrador para conectarse con el electorado es algo que muy pocas personas dentro del escenario político pueden presumir. Uno de los spots de TV que usa desde hace varias semanas lo revela: capturó velozmente el término “populista” y lo tornó a su favor, al afirmar que si por ser honesto; por actuar con responsabilidad social y luchar por la vía pacífica me acusan de populista, “que me apunten en la lista”.
¿A qué le apuesta AMLO? A que el elector piense: a mí me vale que le digan populista si resuelve que todos los jóvenes entremos a la universidad y que todos consigamos empleo.
El problema para México no es que AMLO sepa capturar en unas palabras el sentir entero de la sociedad cuando utiliza con maestría palabras como carestía, ideales, lucha o despertar, sino que del lado contrario nadie parece tener la virtud de equilibrar o superar su mensaje con otras palabras o frases que también resuenen en los oídos de millones de mexicanos y que a su vez, reflejen lo que todos quieren como país hacia el futuro.
Lo que falta es un poeta de la derecha.
¿Qué es lo que escucharemos de los posibles candidatos del PRI o del PAN?
Las ideas de AMLO están torcidas (Así es, con el Peje vamos hacia el despelleje). Urge que sus opositores saquen de su baúl de recuerdos cartas de amor, poemas, y escritos idealistas de su época de juventud universitaria.
Sabemos que en el 2018 el país no va a estar en jauja, sino si las cosas se hacen bien, con un crecimiento moderado. Tampoco se habrá desterrado la inseguridad, sino que de nuevo bajo la premisa de que las cosas se hayan hecho correctamente, con un razonable control de los delitos de alto impacto.
El mundo estará atravesando por un periodo de gran complejidad, con amenazas de diversos signos, y no hay manera de sustraerse a ese entorno.
En este contexto, uno de los desafíos clave que tiene el actual gobierno es conseguir que el proyecto de país que ha construido pueda seguir edificándose en el futuro.
Enrique Peña Nieto ha sido un presidente de cambio, de transformación.
No se le puede regatear el alcance de las reformas constitucionales, en un país donde la construcción del acuerdo o del consenso había sido imposible en casi 15 años.
En el escenario económico registramos la más baja inflación de épocas recientes; bajan las tasas de desempleo y de inseguridad, crece moderadamente la economía pese a la crisis mundial y se atrae inversión. Sin embargo, revelan encuestas, el índice de la aprobación es muy bajo, opacado por corrupción, asesinatos, violaciones a derechos humanos y resistencia a los cambios.
La gran amenaza para esta administración no es que no se generen suficientes empleos o que no se reaprehenda al Chapo.
Una sucesión muy adelantada, un gran activismo opositor, la conformación de nuevas mayorías vía alianzas y coaliciones modifican la práctica política.
El Congreso cerrará su periodo de sesiones el 15 de diciembre sin sobresaltos, no necesariamente con eficiencia. Quedan muchos temas sin atender en éste periodo. No fué un periodo muy productivo y se complicarán los temas legislativos en el año electoral 2016.
El riesgo es que el electorado vaya a decidir en el 2018 que no le gusta el proyecto de país que se emprendió y que ahora viene el tiempo de otro u otra.
Las reformas y por lo tanto, el país que pretenden modelar, no son irreversibles.
Un gobierno, un Congreso y gobiernos estatales que estén en desacuerdo con la evaluación educativa, o con la competencia en el sector energético o con la entrada de nuevos competidores a las telecomunicaciones, podría echar para atrás cambios que aún no están arraigados en el país.
Aunque se haya diseñado un nuevo entramado Constitucional y legal, éste aún no está en la cultura que marca el día a día de la mayor parte de los mexicanos.
La tarea fundamental del Ejecutivo Federal en lo que resta de su gobierno, es usar el poder presidencial para asegurar que ese proyecto de país vaya a trascender el 2018.
Enrique Peña Nieto podría en efecto, atesorar el lugar en la historia que todo político añora.
Si eso va delante de amigos, compromisos, temores, circunstancias, este gobierno, pese a su falta de aceptación, va a pasar a la historia como uno de los que definió el futuro del país en el siglo XXI.
En otro tema y para finalizar esta columna el PRI tomó una medida para tratar de “blindar” sus procesos de selección de candidatos contra la filtración de personas vinculadas con hechos delictivos, pues en sus convocatorias para los procesos electorales del próximo año es requisito indispensable para los aspirantes, precandidatos y candidatos presentar un formato firmado que autorice al partido llevar a cabo las investigaciones, pruebas y evaluaciones que sean necesarias para confirmar que se trata de personas honorables y honestas.
A ver que tan buenos detectives y tan confiables son los muchachos de Manlio Fabio Beltrones y Carolina Monroy.