Con solidaridad y respeto a Pepe Yunes Zorrilla y Rafael Grajales Sansores.
Francisco Cabral Bravo
Elegir es excluir. Ese es un principio esencial que se debe tomar en cuenta en México hoy. Cuando nos fijamos objetivos y propósitos en las políticas públicas tendemos a querer obtener todo y además, al mismo tiempo. Eso no es posible.
Machado tenía razón, “si dices media verdad, dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad”.
Digo lo anterior porque ahora que se discuta el Paquete Económico 2016, seguramente legisladores y diversos actores políticos y sociales van a pretender que tengamos mayor gasto público, menor déficit, menores impuestos, más crecimiento, menos inflación, etc.
Una definición racional de las políticas económicas a ser instrumentadas en el 2016 requiere la jerarquización de objetivos. Es decir, la elección y la exclusión.
Lo obvio es decir que el objetivo de las políticas para 2016 es mejorar los niveles de vida de la población. Nadie podría estar en descuerdo con esa afirmación.
Pero lo relevante es como. Y para ello se requiere tener claro el contexto.
El 2016 será un año complicado en lo financiero. Por lo pronto respiramos con alivio, no mayores impuestos. El recorte del gasto 2015-2016 será de 221 mil millones de pesos, muy importante, un 4.7 por ciento en términos reales.
El gasto federalizado en 2016, recursos a estados se concentrarán 1% real.
En este sentido, cabe señalar que los estados recibirán las mayores proporciones de este gasto son el Estado de México, Veracruz y Chiapas, cuyas participaciones alcanzarán 10.2, 7.3 y 5.9 por ciento respectivamente. De esta forma los estados mencionados abarcarán 23.3 por ciento del presupuesto que se asignará para aportaciones.
En monto, resulta que Oaxaca es la que recibirá el mayor aumento, con 3 mil 311.9 millones de pesos. Le siguen el Estado de México y Veracruz, para lo que se proyectan un crecimiento de 2 mil 670.6 y 2 mil 228.2 millones de pesos.
Las aportaciones federales son recursos que la federación transfiere a las haciendas estatales y municipales, y su gasto está condicionado a la consecución y cumplimientos que la ley de Coordinación Fiscal dispone.
Tiene que haber conciencia de que a lo que podemos aspirar ahora está por debajo de lo esperado, de lo deseado y de lo necesario.
En Veracruz, para sacar adelante su difícil encargo José Francisco Yunes Zorrilla cuenta con activos y atributos importantes, entre otros: gran capacidad negociadora, inteligencia rápida y aguda, conocimiento y experiencia directa de los entresijos de la intersección entre la economía, las finanzas, la política y desde luego contar con el apoyo y confianza del ejecutivo federal.
Conviene subrayar que el discurso del senador Pepe Yunes Zorrilla se ha vuelto más contundente.
En su gira por el estado, fue claro al manifestar, “la gente quiere obras de calidad y que estas no sean pretexto para la corrupción”.
El senador Pepe Yunes no se anda por las ramas, es directo, “Vamos a seguir trabajando pensando en ustedes, en la enorme responsabilidad que implica llevar el sentimiento de la gente que trabaja y que merece apoyo”.
Al senador Pepe Yunes Zorrilla le tocó un camino plagado de minas, espinas y obstáculos de todo tipo, mismo que tendrá que recorrer sin tropezarse, tanto para sacar adelante su encargo, como para seguir labrándose futuro en la política nacional.
Para lograrlo, dada la magnitud de los retos que enfrenta, requerirá sin embargo muchos otros elementos.
Entre éstos: firmeza de propósito y foco, mucho foco.
Javier Duarte de Ochoa y el PRI sabrán en breve quién es el elegido para abanderarlo como candidato a la gubernatura de dos años. A mi juicio hasta el momento el que lleva la delantera se llama José Francisco Yunes Zorrilla.
Por lo pronto los veracruzanos desean un estado fuerte con dirección, sentido y fuerza política, con progreso y desarrollo, con una economía que avance, que el dinero circule en los bolsillos de las familias, que haya más seguridad, paz y tranquilidad.
Urge tener una extraordinaria estrategia de comunicación, no para mentir, sino para fortalecer la credibilidad que le urge a este gobierno, comunicando lo bueno y lo malo, pero también la realidad.
Ojalá esto quede claro a quienes toman las decisiones.
En otro tema en una decisión que muchos católicos alrededor del mundo habían esperado durante años. El papa jesuita Francisco anunció nuevas reformas para simplificar el proceso de anulación del matrimonio eclesiástico, abriendo la posibilidad de que parejas divorciadas puedan casarse nuevamente por la iglesia.
Basado en el principio de la salvación de las almas, el pontícipe escribió un documento Motu Propio (que en latín significa por su propia iniciativa”) donde enuncia las medidas para una eventual reforma al derecho canónico sobre el tema de divorcio entre católicos.
El documento declara a los obispos alrededor del mundo como los principales jueces para tomar esta decisión, aunque hace hincapié en que la unión eclesiástica católica continúa siendo una “sociedad indisoluble”.
También establece un nuevo procedimiento “más breve” que el proceso documental actualmente vigente en el que a pesar de que la mayoría de la anulaciones se llevan a cabo a nivel de la diócesis local (obispos y arzobispos), cada decisión debe ser analizada por un segundo tribunal eclesial, aún cuando ninguna de las partes involucradas impugne el hecho.
Tengo profundo deseo que, en los casos en que el obispo se convierta en juez, sea bajo la inspiración de Pedro el garante de la unidad católica en su fé y disciplina “escribió el papa Francisco en su carta titulada Señor Jesús, juez misericordioso”.
Se cree que con estas reformas el proceso, que antes tardaba entre seis meses y cuatro años, podría reducirse a 45 días.
El papa Jorge Mario Bergoglio, quien creó una comisión de expertos el año pasado para que lo asesoraran, también pidió que el proceso pudiera realizarse sin ningún costo excepto el pago “justo” del personal involucrado.
Además del juicio breve, las reformas contemplan la posibilidad de “apelación” directamente al tribunal de la sede apostólica romana, la Rota, pero sólo en casos excepcionales.
El monseñor Pio Vito Pinto, decano de la corte del Vaticano que rige sobre las anulaciones, dijo que las nuevas normas constituyen los cambios más sustanciales al proceso desde el papado de Benedicto XIV, que se extendió entre 1740 y 1758.
Durante los dos años y medio del sumo pontífice Francisco al frente de la Iglesia Católica, ha llevado una serie de reformas sin precedentes al interior del Vaticano entre las que destacan:
1.La restructuración del Banco del Vaticano.
2.La creación de la Secretaría de Economía del Vaticano.
3.La reforma del Código Penal.